Ex- hospital del terror
Hospital Hilarión Romero Gil
A las afueras del municipio de Ameca, a unas cuadras de la antigua estación del ferrocarril, se levantan muros perimetrales que protegen al edificio Hilarión Romero Gil.
La finca ecléctica de 1901, que sólo es visible de frente, fue testigo de importantes episodios de la historia de la población de la Región Valles de Jalisco. Para dar servicio como hospital a todas las personas que en el camino hasta Guadalajara, podían llegar a morir.
Aire de dolor , violencia y tragedia…! En el legendario pueblo de Ameca Jalisco, En 1910, cuando todavía era un hospital, Habían pasado unas fuertes “peste” perjudicando a varios cientos de personas esta afectó principalmente a la población infantil.
El 6 de Julio de 1914, marcó un antes y un después en este lugar, la violencia los alcanzó en ese momento, pues la Revolución, afectó esta zona del Estado siendo saqueada y deteriorada, además de las innumerables muertes ocasionadas por la lucha revolucionaria.
En 1915, este edificio sirve como cuartel militar y ahí mismo se velaban los cuerpos de los oficiales de más alto rango, (los que no tenían familiares), y durante ese tiempo, se cuenta que ocurrieron misteriosos sucesos.
Según cuentan, de la cúpula del edificio, salía una intensa y brillante luz, de la cual, no se veía de donde provenía, en algunas ocasiones, trataban de investigar sin encontrar el origen de esta misteriosa luminosidad.
Otro suceso según narra el encargado de los archivos, en donde el desarrolla su trabajo, y que prácticamente siempre se encuentra solo, varias veces ha sentido la presencia de seres escalofriantes, sin explicación alguna, lo cual en ocasiones llega a perturbarlo.
También en el patio de ese inmueble, se acumularon muchas lapidas que fueron sustraídas de un panteón cercano, mismas que datan del año de 1900, se dice que dos personas fueron las encargadas de llevar esas lapidas y que posteriormente fueron visitados por las noches, en sus respectivas casas, por la figura de un brioso caballo fantasmal, del cual irradiaba un brillo intenso de sus ojos de color rojo, y se paraba frente a sus ventanas en espera de poderse llevar sus almas.
Sonidos, voces, figuras y sombras, aún siguen apareciendo en este viejo edificio, y a pesar de todo, las personas del lugar no se pueden acostumbrar a estos hechos paranormales.
Comentarios
Publicar un comentario